miércoles, 10 de abril de 2024

 

Moreno y sus humedales


Desgrabación de la charla con Gabriel Basílico, ingeniero en ecología e investigador asistente del CONICET, en la actividad “Charlas entre mates en la Biblio” realizada el sábado 24/02.

Participaron vecinos y vecinas, referentes de organizaciones ambientalistas, docentes y trabajadores del cuerpo de Guardaparques. Este ciclo de charlas busca crear un grupo de pertenencia y reflexión dinámico, en torno a temáticas socio-ambientales.

Basílico actualmente se dedica a trabajar con la remediación ambiental y la restauración ecológica, que es una forma de revertir la contaminación e intentar que un ecosistema vuelva a ser funcional. “No siempre es posible, a veces el ambiente está demasiado degradado y sólo se puede intentar mejorar algún servicio ambiental que brindaba el ecosistema.”

Tres funciones que cumple el embalse

La función original es la hidráulica. Porque históricamente hubo inundaciones muy importantes y entonces, a fines de la década de los 60, principios de los 70, se construyó el Dique, para contener temporalmente el agua que caía en esta parte de la cuenca e ir largándola de a poco para que aguas abajo no se inunde. ¿Qué pasa? Cuando el agua no circula tan rápido, si está contaminada, es más probable que se depure, porque para que se depure el agua necesita tiempo, si no existiese el embalse, aguas abajo del río la calidad del agua ya estaría muchísimo peor. En ese sentido el embalse está cumpliendo una función no sólo desde lo hidráulico sino también desde la depuración del agua. O sea que tiene por lo menos tres funciones muy importantes: la hidráulica, que era la original, la conservación biológica (atraer un montón de especies de aves) y la depuración del agua. Hubo investigadores de la Universidad de Luján que estudiaron que el embalse San Francisco es una gran planta depuradora de toda la contaminación que recibe desde aguas arriba. 


Vista del Lago San Francisco desde el Dique Rogero.

Rectificación, canalización / pulsos naturales del río 

Hay que mencionar que la contaminación es solo uno de los problemas que tiene la cuenca, hay otros, como el tema de los residuos, o las modificaciones a nivel físico de las riberas. Normalmente los ríos de nuestra región son ríos de llanura que atraviesan un relieve muy plano, entonces, son sinuosos, van dando vueltas. Eso es lo natural. Como las cuencas se van poblando y no de una manera ordenada, esto significa que, por lo general, no se respetan los valles de inundación alrededor de los ríos, entonces van creciendo barrios, asentamientos, barrios cerrados, quintas que van ocupando esos terrenos que naturalmente se inundan. Y entonces, como parte del pulso natural, puede haber una precipitación muy alta cada tantos años provocando que el río crezca y el barrio se inunde. Por eso se hacen obras hidráulicas, que van en contra de esos perfiles meandrosos de los ríos, se los rectifica y eso destruye las riberas, los humedales, se termina no sólo rectificando sino canalizando con hormigón, por lo que deja de haber intercambio entre el agua del río y el agua subterránea, que es algo que se da naturalmente.

En los años 90 se hicieron una serie de obras, entre ellas rectificar varios tramos del Reconquista. Eso ya es irrecuperable, pero por lo menos la idea es mantener la vegetación de la ribera. Lo que puede pasar también es que desde la parte de hidráulica se cuestiona esto, porque se dice que la vegetación enlentece la circulación del agua, porque genera lo que se llama más rugosidad. Por eso se canaliza, o cada algunos años se retira la vegetación. Eso se vio hace algunos años en el embalse San Francisco. A veces esas obras hidráulicas tienen sentido en algunos lugares, pero en otros no tanto. Si esa obra se realiza en la cuenca media o baja, que son lugares altamente urbanizados, tiene sentido porque hay mucha gente viviendo muy cerca del río y hay más riesgos de inundación. Pero plantear esa misma obra en un lugar más rural, como puede ser los primeros kilómetros del río, no sé si tiene tanto sentido. Hay que ver cómo se logra ese balance. 


Inicio del Río Reconquista

El río desde lo positivo

Al final del encuentro se dedicó un tiempo a conversar sobre la importancia de no quedarse solamente en la mirada de denuncia, sino también reconocer el río desde lo positivo. Tenemos que incorporar la visión de la re-vinculación con los ríos y arroyos de la Provincia de Buenos Aires. Hay muchas personas y grupos que están realizando actividades para concientizar, pero también para valorar y disfrutar el avistamiento de aves, flora y fauna de estos cauces naturales y resignificar nuestra experiencia con ríos como el Reconquista, que han sido invisibilizados del imaginario social. En este sentido, se resaltó el impacto desde experiencias creativas que convocan y comunican y se comentaron diferentes proyectos que se están impulsando, con un pie en los lenguajes artísticos. Se propuso realizar un “festival de las aguas” para visibilizar todas estas cuestiones y atender a la pregunta “¿Desde dónde nos nutrimos?”. También surgieron preguntas disparadoras como “¿Cómo se planifica desde una perspectiva del que habita la ciudad? Paisaje vecinal.” Y “¿Dónde estamos parados lxs vecinxs en relación con el río?”. Finalmente, se repasó la Ordenanza local sobre Humedales, prestando atención a las posibilidades que brinda esta legislación y los desafíos que se plantean.